VisióN Clase
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viernes, 17 de julio de 2009
martes, 9 de junio de 2009
RESPUESTA A LA DESERCION EN LOS ADIESTRAMIENTOS
Introducción
El abandono de un ciclo de estudio se ha convertido en un desafío no sólo para la formación académica, sino también para la formación espiritual.
El panorama que se presenta puede ser desalentador, pero es precisamente en estas situaciones, en las que debemos ver a nuestro Padre Dios actuando para ayudarnos a afrontar tal situación y darle respuesta efectiva.
1. Qué es la deserción en el ámbito educativo
La deserción está definida de muchas formas, pero miremos dos planteamientos importantes, para ser tenidos en cuenta:
La deserción escolar es el abandono de un período formal de estudio, de manera voluntaria o impuesto por las circunstancias, dicho abandono puede ser temporal o definitivo. Cuando el abandono se produce de manera voluntaria, se convierte en el acto más preocupante para quienes dirigimos la causa educativa.
2. Causas de la deserción
En los estudios seculares las principales causas de la deserción son los bajos ingresos económicos y la desmotivación de los estudiantes, es decir, la escuela no ofrece un escenario atractivo para aprender y expresar sentimientos y no hay valoración social por el conocimiento.
En lo concerniente a la vida espiritual las causas y consecuencias de la deserción, tienen implicaciones mucho más profundas y preocupantes. Puesto que la calidad de vida de las personas tiene su origen en una total dependencia de Dios, es decir, en su área espiritual, es necesario formarlas de tal manera que perseveren en sus adiestramientos, para que así disfruten de la excelente vida ofrecida por Jesús.
Para obtener una mayor información sobre las causas de la deserción en los diferentes adiestramientos, debemos obtener una base de datos que nos permita cuantificarlas.
En la deserción de nuestros adiestramientos, debemos observar varias posibles causas:
• Deficiencia en la pastoral: la falta de atención personalizada y de seguimiento pastoral, puede llevar a que nuestros discípulos(as), se desmotiven y no sepan cómo superar obstáculos que se les presenten
• Dificultades con el rendimiento académico: muchos discípulos(as) no asumen un compromiso con los cursos de formación debido a temores e inadecuaciones frente al aspecto académico: temen fracasar, les cuesta estudiar, memorizar etc.
• Temores con la obra práctica: En otros casos los discípulos(as), aunque anhelan servir a Dios, temen asumir este rol, pues no se sienten preparados, no saben cómo hacerlo. Pro eso en el desarrollo de la obra práctica es tan importante el acompañamiento y la supervisión permanente
• Falta de tiempo: en nuestra sociedad actual, las personas están cada vez más atareadas y más fatigadas. Lo normal ahora es encontrar personas que tienen dos empleos, hogares donde ambos cónyuges trabajan, etc. Esto hace necesario que establezcamos una agenda mínima para nuestros adiestrandos, de tal manera que puedan responder a su rol familiar, profesional, laboral, académico y además desarrollarse espiritualmente y en la de vida de compromiso
3. Responsabilidad frente a la deserción
La respuesta a la deserción debe estar fundamentada en un interés por parte de profesores y estudiantes, para asumir una responsabilidad desde la perspectiva o el rol de cada uno.
* Perseverar en tiempos de crisis
Conforme a la Biblia debemos recordar todo lo que Dios puede hacer a través de un hombre o mujer de fe que estudia, practica y enseña su Palabra en tiempos de crisis, cuando es más difícil asumir compromisos (Esdras 7:6-10). Para nosotros no existe otra forma de sostener un adiestramiento, sino a través de hombres y mujeres de fe, quienes además de fundamentándose en la Palabra de Dios, formalicen un proceso educativo a través de la selección, inducción, seguimiento a las prioridades y evaluación.
Siguiendo el ejemplo de Jesús:
- Enseñar con autoridad de vida
Su autoridad venía de un conocimiento profundo del pensamiento de su Padre, de tal manera que se convirtió en vida, en su manera de actuar frente a las demandas de la gente y de las circunstancias, pero especialmente frente al deseo de agradar a quien lo había enviado. Jesús nunca pidió a sus discípulos y hoy no nos pide a nosotros algo que no hubiese dado (Mateo 7:28-29). Por esa autoridad Jesús recriminó a los maestros de la Ley, pues ponían cargas a los demás que ellos ni siquiera las tocaban con un dedo (Mateo 23:1-4). Una enseñanza marcada por la autoridad de una persona que ha sido tratada por Dios, es la que produce fruto en otras vidas.
- Ministrar a la vida
Un proceso de restauración desde lo más profundo, un verdadero interés en la situación y condición de la gente, produce compromiso para lograr lo mismo en otras vidas (la samaritana, Mateo, Pedro y millones más a través del tiempo). Hoy nos corresponde seguir el ejemplo de Jesús, brindando un trato personalizado en medio de una sociedad cada vez más frívola y superficial.
- Motivar, no presionar
Fuimos diseñados por Dios para responder al amor y no a las presiones. Estamos llamados a marlos, servirles, mostrar delante de ellos un nuevo modelo de vida, de esta manera se despertará en ellos el deseo de seguir nuestro ejemplo
4. Una Agenda recomendada
Lo primero en lo que debemos orientar a nuestros discípulos es en el uso del tiempo. “Hágase todo decentemente y en orden” (1 Co. 14:40). Es necesario mirar las limitaciones reales entre aquellos que tienen hijos pequeños, trabajan y tienen otras responsabilidades familiares que exigen su atención.
De ahí, que recomendemos la siguiente agenda para los diferentes adiestrandos:
CF1 2 horas de estudio personal
2 horas en clase presencial
1 hora en cita pastoral
1 hora semanal para la obra práctica.
Total: 6 horas semanales. Si asiste a un ministerio serían 8 horas semanales, sin contar el tiempo en su transporte.
Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le invita a otras actividades o reuniones distritales.
CF2 Con 5 discípulos o Dirigiendo Ministerio
2 horas de estudio personal
2 horas en clase presencial
1 hora recibiendo cita personal
5 horas dando cita pastoral
2 horas en reunión ministerial
1/2 hora de evangelización
Total: 13 horas semanales
Aquí es necesario considerar si este estudiante dirige ministerio, por lo cual debería asistir a la reunión de Célula Madre. Por lo tanto así sería 15 horas semanales. Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le puede invitar a otras actividades o reuniones distritales.
CF2 Dirigiendo zona
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita pastoral
5 horas dando cita pastoral
1 hora dirigiendo un grupo de oración
1 hora evangelizando
Total: 12 horas semanales
CF3 Dirigiendo ministerio:
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita personal
5 horas dando cita pastoral
2 horas en reunión ministerial
2 horas en Célula Madre Distrital
1 hora de evangelización
Total: 15 horas
Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le puede invitar a otras actividades o reuniones distritales.
CF3 Dirigiendo zona
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita pastoral
5 horas dando cita pastoral
2 horas dirigiendo grupos de oración
1 hora de evangelización
2 horas dirigiendo uno de los ministerios iniciados
2 horas dirigiendo CC
Total 17 horas
Aplicación Teoterápica
Es necesario seguir el ejemplo de Jesús ante la situación actual, en las que fácilmente abandonamos nuestras responsabilidades ante la primera dificultad. Nosotros y nuestros discípulos debemos recordar que el mismo Jesús dijo: “imposible es que no vengan tropiezos” (Lc. 17:1). Nadie como él para seguir adelante con todo en contra.
Nuestra desesperanza y desaliento afectará a nuestros discípulos, por eso, es vital que el Señor Jesús nos llene de su Espíritu para perseverar lo que él mismo nos delegó.
El abandono de un ciclo de estudio se ha convertido en un desafío no sólo para la formación académica, sino también para la formación espiritual.
El panorama que se presenta puede ser desalentador, pero es precisamente en estas situaciones, en las que debemos ver a nuestro Padre Dios actuando para ayudarnos a afrontar tal situación y darle respuesta efectiva.
1. Qué es la deserción en el ámbito educativo
La deserción está definida de muchas formas, pero miremos dos planteamientos importantes, para ser tenidos en cuenta:
La deserción escolar es el abandono de un período formal de estudio, de manera voluntaria o impuesto por las circunstancias, dicho abandono puede ser temporal o definitivo. Cuando el abandono se produce de manera voluntaria, se convierte en el acto más preocupante para quienes dirigimos la causa educativa.
2. Causas de la deserción
En los estudios seculares las principales causas de la deserción son los bajos ingresos económicos y la desmotivación de los estudiantes, es decir, la escuela no ofrece un escenario atractivo para aprender y expresar sentimientos y no hay valoración social por el conocimiento.
En lo concerniente a la vida espiritual las causas y consecuencias de la deserción, tienen implicaciones mucho más profundas y preocupantes. Puesto que la calidad de vida de las personas tiene su origen en una total dependencia de Dios, es decir, en su área espiritual, es necesario formarlas de tal manera que perseveren en sus adiestramientos, para que así disfruten de la excelente vida ofrecida por Jesús.
Para obtener una mayor información sobre las causas de la deserción en los diferentes adiestramientos, debemos obtener una base de datos que nos permita cuantificarlas.
En la deserción de nuestros adiestramientos, debemos observar varias posibles causas:
• Deficiencia en la pastoral: la falta de atención personalizada y de seguimiento pastoral, puede llevar a que nuestros discípulos(as), se desmotiven y no sepan cómo superar obstáculos que se les presenten
• Dificultades con el rendimiento académico: muchos discípulos(as) no asumen un compromiso con los cursos de formación debido a temores e inadecuaciones frente al aspecto académico: temen fracasar, les cuesta estudiar, memorizar etc.
• Temores con la obra práctica: En otros casos los discípulos(as), aunque anhelan servir a Dios, temen asumir este rol, pues no se sienten preparados, no saben cómo hacerlo. Pro eso en el desarrollo de la obra práctica es tan importante el acompañamiento y la supervisión permanente
• Falta de tiempo: en nuestra sociedad actual, las personas están cada vez más atareadas y más fatigadas. Lo normal ahora es encontrar personas que tienen dos empleos, hogares donde ambos cónyuges trabajan, etc. Esto hace necesario que establezcamos una agenda mínima para nuestros adiestrandos, de tal manera que puedan responder a su rol familiar, profesional, laboral, académico y además desarrollarse espiritualmente y en la de vida de compromiso
3. Responsabilidad frente a la deserción
La respuesta a la deserción debe estar fundamentada en un interés por parte de profesores y estudiantes, para asumir una responsabilidad desde la perspectiva o el rol de cada uno.
* Perseverar en tiempos de crisis
Conforme a la Biblia debemos recordar todo lo que Dios puede hacer a través de un hombre o mujer de fe que estudia, practica y enseña su Palabra en tiempos de crisis, cuando es más difícil asumir compromisos (Esdras 7:6-10). Para nosotros no existe otra forma de sostener un adiestramiento, sino a través de hombres y mujeres de fe, quienes además de fundamentándose en la Palabra de Dios, formalicen un proceso educativo a través de la selección, inducción, seguimiento a las prioridades y evaluación.
Siguiendo el ejemplo de Jesús:
- Enseñar con autoridad de vida
Su autoridad venía de un conocimiento profundo del pensamiento de su Padre, de tal manera que se convirtió en vida, en su manera de actuar frente a las demandas de la gente y de las circunstancias, pero especialmente frente al deseo de agradar a quien lo había enviado. Jesús nunca pidió a sus discípulos y hoy no nos pide a nosotros algo que no hubiese dado (Mateo 7:28-29). Por esa autoridad Jesús recriminó a los maestros de la Ley, pues ponían cargas a los demás que ellos ni siquiera las tocaban con un dedo (Mateo 23:1-4). Una enseñanza marcada por la autoridad de una persona que ha sido tratada por Dios, es la que produce fruto en otras vidas.
- Ministrar a la vida
Un proceso de restauración desde lo más profundo, un verdadero interés en la situación y condición de la gente, produce compromiso para lograr lo mismo en otras vidas (la samaritana, Mateo, Pedro y millones más a través del tiempo). Hoy nos corresponde seguir el ejemplo de Jesús, brindando un trato personalizado en medio de una sociedad cada vez más frívola y superficial.
- Motivar, no presionar
Fuimos diseñados por Dios para responder al amor y no a las presiones. Estamos llamados a marlos, servirles, mostrar delante de ellos un nuevo modelo de vida, de esta manera se despertará en ellos el deseo de seguir nuestro ejemplo
4. Una Agenda recomendada
Lo primero en lo que debemos orientar a nuestros discípulos es en el uso del tiempo. “Hágase todo decentemente y en orden” (1 Co. 14:40). Es necesario mirar las limitaciones reales entre aquellos que tienen hijos pequeños, trabajan y tienen otras responsabilidades familiares que exigen su atención.
De ahí, que recomendemos la siguiente agenda para los diferentes adiestrandos:
CF1 2 horas de estudio personal
2 horas en clase presencial
1 hora en cita pastoral
1 hora semanal para la obra práctica.
Total: 6 horas semanales. Si asiste a un ministerio serían 8 horas semanales, sin contar el tiempo en su transporte.
Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le invita a otras actividades o reuniones distritales.
CF2 Con 5 discípulos o Dirigiendo Ministerio
2 horas de estudio personal
2 horas en clase presencial
1 hora recibiendo cita personal
5 horas dando cita pastoral
2 horas en reunión ministerial
1/2 hora de evangelización
Total: 13 horas semanales
Aquí es necesario considerar si este estudiante dirige ministerio, por lo cual debería asistir a la reunión de Célula Madre. Por lo tanto así sería 15 horas semanales. Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le puede invitar a otras actividades o reuniones distritales.
CF2 Dirigiendo zona
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita pastoral
5 horas dando cita pastoral
1 hora dirigiendo un grupo de oración
1 hora evangelizando
Total: 12 horas semanales
CF3 Dirigiendo ministerio:
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita personal
5 horas dando cita pastoral
2 horas en reunión ministerial
2 horas en Célula Madre Distrital
1 hora de evangelización
Total: 15 horas
Si el estudiante tiene mayor disponibilidad de tiempo se le puede invitar a otras actividades o reuniones distritales.
CF3 Dirigiendo zona
2 horas de estudio personal
2 horas de clase presencial
1 hora recibiendo cita pastoral
5 horas dando cita pastoral
2 horas dirigiendo grupos de oración
1 hora de evangelización
2 horas dirigiendo uno de los ministerios iniciados
2 horas dirigiendo CC
Total 17 horas
Aplicación Teoterápica
Es necesario seguir el ejemplo de Jesús ante la situación actual, en las que fácilmente abandonamos nuestras responsabilidades ante la primera dificultad. Nosotros y nuestros discípulos debemos recordar que el mismo Jesús dijo: “imposible es que no vengan tropiezos” (Lc. 17:1). Nadie como él para seguir adelante con todo en contra.
Nuestra desesperanza y desaliento afectará a nuestros discípulos, por eso, es vital que el Señor Jesús nos llene de su Espíritu para perseverar lo que él mismo nos delegó.
MEMORIAS DEL SEXTO CONGRESO DE FENACEFED "HACIA UNA FORMACION DE CALIDAD"
EL ACTIVISMO, ENEMIGO DE LA FORMACIÓN
Formar “hijos” espirituales requiere tiempo y paciencia. No podemos pretender acelerar el proceso cuando se trata de formar el carácter de un discípulo. Tal como nos lo describe el mandato Grancomisionista en Mateo 28:18-20, los discípulos hay que “hacerlos”. Luego, alguien debe dedicar su tiempo prioritariamente para lograrlo.
Una triste realidad con la que nos podemos encontrar es que estemos “tan ocupados”, en tantas cosas que estemos descuidando el proceso educativo-formativo del discipulado. Esto degenera en un mar de actividades sin fin, cansancio y lo más triste: frustración y deterioro de la vida espiritual, tanto del líder como del discípulo.
Muchos siervos de Dios tratan de combatir el activismo, pero para esto es necesario decirnos la verdad sobre cuál es el verdadero origen de éste. ¿Qué hay detrás del activismo?
1. EL ACTIVISMO: UNA SEÑAL DE INSEGURIDAD
Si revisáramos qué hay detrás del activismo, podríamos encontrar que muchas veces hay: inseguridad, ansiedad y culpas ficticias. Puede ser que nos sentimos inseguros por que los resultados no se dan como queremos. En otros casos, la falsa culpa nos lleva a siempre “estar haciendo algo”, como si todo dependiera de nosotros o como si de eso dependiera la bendición de Dios. Esto lleva a veces, a que nos sintamos “culpables” de descansar o invertir un tiempo en sí mismo.
En otros casos, detrás del activismo frenético puede haber ansia de competir y búsqueda de reconocimiento a través de los resultados. La pregunta que como siervos de Dios siempre tendremos que hacernos es: ¿Buscamos fruto o resultados? ¿Buscamos glorificar a Dios o mostrar éxitos y logros ministeriales? No podemos olvidar la enseñanza de nuestro padre en la fe: “Busquemos ser útiles, no importantes”.
La gestión de un líder, se mide por los resultados que produce, los cuales obtiene por el esfuerzo y el mérito personal. Pero, los hombres de fe dan fruto como consecuencia de la vida en el Espíritu, pues es el Espíritu Santo quien nos provee de fe para lograrlo. Los líderes dan resultados para el futuro, pero los hombres de fe dan fruto para la eternidad, pues allí está su recompensa. Un triste ejemplo es Saúl. Aunque Dios ya le había dado dirección a través de Samuel, no supo esperar, sino que actuó precipitadamente debido a su inseguridad y guiado por su propia lógica (1 Samuel 10:8, 13:8-12)
2. RESCATANDO LAS PRIORIDADES
Si nuestros días son tan apretados, de tal manera que estamos sacrificando los cursos de formación, las pastorales y la vida en célula, seguramente necesitamos reorganizar nuestras actividades. Hay mucho qué hacer y mucho más que nos gustaría hacer, pero el tiempo no está hecho de goma y no se estira. Esto hace que sea necesario escoger cada día, según nuestras prioridades, las actividades a las que nos dedicaremos, y proceder a ejercitar el sabio principio administrativo de la delegación.
Jesús no condenó a Martha, la hermana de Lázaro, por preocuparse de los quehaceres de la casa, sólo le pidió fijar prioridades. María, al parecer, había dejado a un lado toda responsabilidad, para sentarse a los pies de Jesús. Pero ella había escogido la mejor parte. Lo que era necesario no era la comida, sino la comunión con Cristo (Lucas 10:41-42). Cuán fácil resulta turbarse con muchas cosas, que pueden ser buenas, pero lo “necesario” siempre ha de tener prioridad (Salmo 81:13-16)
Es importante preguntarnos: ¿realmente qué es necesario? Aquí es necesario recordar el punto No 9, de los 40 pasos para la Conquista: “En la conquista, el Agente de Cambio no hace lo bueno, sino aquello que lo lleva a cumplir el objetivo” (Josué 3:16). Josué no se dejó llevar por su lógica ni por su astucia, se limitó a obedecer y seguir instrucciones.
Según hemos aprendido en nuestra familia de la fe, debemos vivir por prioridades:
*Para el casado(a): primero, Dios, segundo: sí mismo, tercero: su cónyuge, cuarto: sus hijos, quinto: el ministerio
*Para el soltero(a): primero: Dios, segundo: sí mismo, tercero: su familia, sobre todos sus padres, cuarto: el ministerio.
No se puede establecer un ministerio exitoso sobre las ruinas de una familia (caso de los casados(as)); ni sobre el deterioro físico y mental de una persona (caso del soltero(a). De igual manera no se puede establecer un ministerio exitoso sobre unos adiestramientos mediocres y a medio terminar.
Cuando nos sintamos abrumados por no tener tiempo para la enseñanza y la pastoral, preguntémonos qué es necesario. Cuando quitamos de en medio lo que no es necesario, lo más importante ocupará el lugar que le corresponde y disminuirán las tensiones. Ahora bien, para poder dedicarnos a los asuntos prioritarios, es necesario delegar con sabiduría, con confianza y siempre acompañando la delegación con entrenamiento.
3. LA AGENDA Y LA AUTOREGULACIÓN
Una siervo(a) de Dios disciplinado(a) vive por prioridades y no por urgencias (“apagando fuegos”). Cuando siempre estamos atendiendo cosas urgentes, o colocándole a todo el título de “urgente”, es señal de que está faltando previsión y planeación; en otras palabras, estamos trabajando desordenadamente.
Por muy bien planeada que esté una agenda, se requiere de disciplina y autorregulación (controlarse uno mismo) para poder cumplirla. Esto significa, que aunque nadie me esté mirando, estoy actuando según lo previsto y lo proyectado. No basta planear en febrero el curso de formación, se requiere disciplina para perseverar en el desarrollo del mismo hasta coronarlo al finalizar el año. Esta disciplina implica, invertir tiempo en preparar una clase, hacer una cartelera, corregir un examen o una tarea, entendiendo que en esas pequeñas tareas estamos implementando el proceso de formación.
4. EL ACTIVISMO NO ES SUSTITUTO DE LA VIDA DE FE
Debemos buscar que nuestra acción sea más bien el producto de nuestra fe y no que el activismo sea la careta que tape la incredulidad y el miedo a fracasar. Estamos llamados a trabajar ardua, disciplinada, pero inteligentemente.
En la conquista estamos llamados a ser hombres y mujeres de fe, que entienden la vida del Espíritu, que descansan en Dios, entendiendo que la empresa de la Gran Comisión es de Él y que nosotros sólo somos un instrumento del Espíritu Santo para un propósito específico en un tiempo específico (Isaías 30:15)
La inseguridad y la vida por emociones nos puede impulsar a estar cambiando la agenda para acelerar los resultados, pero tal como hemos sido enseñados por nuestro líder, en la conquista: “Los hombres de fe perseveran para siempre en lo que les ha sido encomendado, no se inventan nada nuevo, pues saben que ya todo ha sido dicho y está escrito” (Filipenses 3:14)
En el desarrollo de los Cursos de Formación, la vida de fe nos lleva a trabajar con visión a largo plazo (visionarios), sabiendo que cosecharemos el fruto de ver un discípulo formado, sino desmayamos en la enseñanza y la pastoral. Cuando nos vemos en la dimensión de la lógica y no de la fe, vemos las cosas según nuestro parecer, perdemos la óptica de Dios y caeremos en el síndrome de la inseguridad y la angustia.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Cuando la agenda esté sobrecargada, a tal punto que no hay tiempo para los cursos de formación, y la vida en célula, o bien nos estamos apartando del propósito de Dios o estamos yendo más allá de los límites que Él fijó.
Hay dos clases de líderes:
*El que trabaja como loco, del amanecer al anochecer sin ver frutos
*El que trabaja reflexionando, no se ve agotado, tenso, neurótico, pero produce, rinde, porque trabaja estratégicamente.
Cuando tenemos claro a qué hemos sido llamados, no nos distraemos con nada. “En la conquista no operan los instrumentos humanos sino la estrategia de Dios”, la cual sigue siendo: “Ganar, edificar y enviar” (“ Timoteo 2:2)
Formar “hijos” espirituales requiere tiempo y paciencia. No podemos pretender acelerar el proceso cuando se trata de formar el carácter de un discípulo. Tal como nos lo describe el mandato Grancomisionista en Mateo 28:18-20, los discípulos hay que “hacerlos”. Luego, alguien debe dedicar su tiempo prioritariamente para lograrlo.
Una triste realidad con la que nos podemos encontrar es que estemos “tan ocupados”, en tantas cosas que estemos descuidando el proceso educativo-formativo del discipulado. Esto degenera en un mar de actividades sin fin, cansancio y lo más triste: frustración y deterioro de la vida espiritual, tanto del líder como del discípulo.
Muchos siervos de Dios tratan de combatir el activismo, pero para esto es necesario decirnos la verdad sobre cuál es el verdadero origen de éste. ¿Qué hay detrás del activismo?
1. EL ACTIVISMO: UNA SEÑAL DE INSEGURIDAD
Si revisáramos qué hay detrás del activismo, podríamos encontrar que muchas veces hay: inseguridad, ansiedad y culpas ficticias. Puede ser que nos sentimos inseguros por que los resultados no se dan como queremos. En otros casos, la falsa culpa nos lleva a siempre “estar haciendo algo”, como si todo dependiera de nosotros o como si de eso dependiera la bendición de Dios. Esto lleva a veces, a que nos sintamos “culpables” de descansar o invertir un tiempo en sí mismo.
En otros casos, detrás del activismo frenético puede haber ansia de competir y búsqueda de reconocimiento a través de los resultados. La pregunta que como siervos de Dios siempre tendremos que hacernos es: ¿Buscamos fruto o resultados? ¿Buscamos glorificar a Dios o mostrar éxitos y logros ministeriales? No podemos olvidar la enseñanza de nuestro padre en la fe: “Busquemos ser útiles, no importantes”.
La gestión de un líder, se mide por los resultados que produce, los cuales obtiene por el esfuerzo y el mérito personal. Pero, los hombres de fe dan fruto como consecuencia de la vida en el Espíritu, pues es el Espíritu Santo quien nos provee de fe para lograrlo. Los líderes dan resultados para el futuro, pero los hombres de fe dan fruto para la eternidad, pues allí está su recompensa. Un triste ejemplo es Saúl. Aunque Dios ya le había dado dirección a través de Samuel, no supo esperar, sino que actuó precipitadamente debido a su inseguridad y guiado por su propia lógica (1 Samuel 10:8, 13:8-12)
2. RESCATANDO LAS PRIORIDADES
Si nuestros días son tan apretados, de tal manera que estamos sacrificando los cursos de formación, las pastorales y la vida en célula, seguramente necesitamos reorganizar nuestras actividades. Hay mucho qué hacer y mucho más que nos gustaría hacer, pero el tiempo no está hecho de goma y no se estira. Esto hace que sea necesario escoger cada día, según nuestras prioridades, las actividades a las que nos dedicaremos, y proceder a ejercitar el sabio principio administrativo de la delegación.
Jesús no condenó a Martha, la hermana de Lázaro, por preocuparse de los quehaceres de la casa, sólo le pidió fijar prioridades. María, al parecer, había dejado a un lado toda responsabilidad, para sentarse a los pies de Jesús. Pero ella había escogido la mejor parte. Lo que era necesario no era la comida, sino la comunión con Cristo (Lucas 10:41-42). Cuán fácil resulta turbarse con muchas cosas, que pueden ser buenas, pero lo “necesario” siempre ha de tener prioridad (Salmo 81:13-16)
Es importante preguntarnos: ¿realmente qué es necesario? Aquí es necesario recordar el punto No 9, de los 40 pasos para la Conquista: “En la conquista, el Agente de Cambio no hace lo bueno, sino aquello que lo lleva a cumplir el objetivo” (Josué 3:16). Josué no se dejó llevar por su lógica ni por su astucia, se limitó a obedecer y seguir instrucciones.
Según hemos aprendido en nuestra familia de la fe, debemos vivir por prioridades:
*Para el casado(a): primero, Dios, segundo: sí mismo, tercero: su cónyuge, cuarto: sus hijos, quinto: el ministerio
*Para el soltero(a): primero: Dios, segundo: sí mismo, tercero: su familia, sobre todos sus padres, cuarto: el ministerio.
No se puede establecer un ministerio exitoso sobre las ruinas de una familia (caso de los casados(as)); ni sobre el deterioro físico y mental de una persona (caso del soltero(a). De igual manera no se puede establecer un ministerio exitoso sobre unos adiestramientos mediocres y a medio terminar.
Cuando nos sintamos abrumados por no tener tiempo para la enseñanza y la pastoral, preguntémonos qué es necesario. Cuando quitamos de en medio lo que no es necesario, lo más importante ocupará el lugar que le corresponde y disminuirán las tensiones. Ahora bien, para poder dedicarnos a los asuntos prioritarios, es necesario delegar con sabiduría, con confianza y siempre acompañando la delegación con entrenamiento.
3. LA AGENDA Y LA AUTOREGULACIÓN
Una siervo(a) de Dios disciplinado(a) vive por prioridades y no por urgencias (“apagando fuegos”). Cuando siempre estamos atendiendo cosas urgentes, o colocándole a todo el título de “urgente”, es señal de que está faltando previsión y planeación; en otras palabras, estamos trabajando desordenadamente.
Por muy bien planeada que esté una agenda, se requiere de disciplina y autorregulación (controlarse uno mismo) para poder cumplirla. Esto significa, que aunque nadie me esté mirando, estoy actuando según lo previsto y lo proyectado. No basta planear en febrero el curso de formación, se requiere disciplina para perseverar en el desarrollo del mismo hasta coronarlo al finalizar el año. Esta disciplina implica, invertir tiempo en preparar una clase, hacer una cartelera, corregir un examen o una tarea, entendiendo que en esas pequeñas tareas estamos implementando el proceso de formación.
4. EL ACTIVISMO NO ES SUSTITUTO DE LA VIDA DE FE
Debemos buscar que nuestra acción sea más bien el producto de nuestra fe y no que el activismo sea la careta que tape la incredulidad y el miedo a fracasar. Estamos llamados a trabajar ardua, disciplinada, pero inteligentemente.
En la conquista estamos llamados a ser hombres y mujeres de fe, que entienden la vida del Espíritu, que descansan en Dios, entendiendo que la empresa de la Gran Comisión es de Él y que nosotros sólo somos un instrumento del Espíritu Santo para un propósito específico en un tiempo específico (Isaías 30:15)
La inseguridad y la vida por emociones nos puede impulsar a estar cambiando la agenda para acelerar los resultados, pero tal como hemos sido enseñados por nuestro líder, en la conquista: “Los hombres de fe perseveran para siempre en lo que les ha sido encomendado, no se inventan nada nuevo, pues saben que ya todo ha sido dicho y está escrito” (Filipenses 3:14)
En el desarrollo de los Cursos de Formación, la vida de fe nos lleva a trabajar con visión a largo plazo (visionarios), sabiendo que cosecharemos el fruto de ver un discípulo formado, sino desmayamos en la enseñanza y la pastoral. Cuando nos vemos en la dimensión de la lógica y no de la fe, vemos las cosas según nuestro parecer, perdemos la óptica de Dios y caeremos en el síndrome de la inseguridad y la angustia.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Cuando la agenda esté sobrecargada, a tal punto que no hay tiempo para los cursos de formación, y la vida en célula, o bien nos estamos apartando del propósito de Dios o estamos yendo más allá de los límites que Él fijó.
Hay dos clases de líderes:
*El que trabaja como loco, del amanecer al anochecer sin ver frutos
*El que trabaja reflexionando, no se ve agotado, tenso, neurótico, pero produce, rinde, porque trabaja estratégicamente.
Cuando tenemos claro a qué hemos sido llamados, no nos distraemos con nada. “En la conquista no operan los instrumentos humanos sino la estrategia de Dios”, la cual sigue siendo: “Ganar, edificar y enviar” (“ Timoteo 2:2)
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